Medición de la Huella de Carbono: El Desafío de Certificar las Buenas Prácticas

En un mundo cada vez más consciente del cambio climático, la medición de la huella de carbono se ha convertido en una herramienta clave para las industrias, incluida la agricultura. Esta medición evalúa la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que se emiten como resultado de las prácticas agrícolas, y es fundamental para demostrar el compromiso con la sostenibilidad.

¿Qué es la Huella de Carbono?

La huella de carbono es una métrica que calcula las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por diversas actividades humanas. En el ámbito agrícola, esto incluye el uso de maquinaria para sembrar y cosechar, el uso de fertilizantes, la irrigación y la gestión de los suelos. Cuanto más baja sea la huella de carbono, menor será el impacto ambiental de las prácticas agrícolas.

La Huella de Carbono del Maíz Argentino

Un ejemplo de medición exitosa de la huella de carbono es el estudio realizado sobre el maíz argentino. En 16 regiones productivas del país, se midió la huella de carbono del maíz, revelando que el producto argentino tiene una de las huellas más bajas del mundo. Este hallazgo demuestra que, aunque el proceso de producción del maíz es intensivo, las prácticas aplicadas en Argentina lo hacen mucho más eficiente en términos de emisiones.

Obstáculos en la Certificación y

Reconocimiento Internacional

A pesar de los logros alcanzados en la medición de la huella de carbono, la falta de una certificación universalmente reconocida sigue siendo un obstáculo. Si bien las prácticas agrícolas argentinas son más limpias que las de muchos otros países, el mercado internacional no siempre reconoce estos esfuerzos debido a la falta de un sistema de certificación estandarizado. Además, la falta de comunicación efectiva sobre estos logros limita su impacto en los mercados globales.

La Necesidad de Protocolos Internacionales Claros

Franco Coiro Di Marco, licenciado en ciencias ambientales, destaca la necesidad de que el sector agrícola argentino establezca protocolos claros y estandarizados para la medición de la huella de carbono. Estos protocolos no solo ayudarían a demostrar los logros en términos de sostenibilidad, sino que también permitirían que los productos argentinos se posicionaran mejor en mercados internacionales que exigen pruebas verificables de prácticas responsables.

Conclusión

La medición de la huella de carbono es un paso crucial para garantizar que la agricultura sea parte de la solución al cambio climático. Si bien los avances en la medición de la huella de carbono en la producción agropecuaria argentina son prometedores, la falta de un sistema de certificación global adecuado sigue siendo una barrera para la plena integración de estos productos en mercados internacionales.