Rol del Clima en la Aparición de Enfermedades: Cómo Anticiparse con Información Meteorológica
El clima es uno de los factores más determinantes en la aparición y desarrollo de enfermedades en cultivos como trigo y soja. Temperatura, humedad, lluvias y períodos de rocío son condiciones que pueden disparar brotes epidémicos si coinciden con estados fenológicos sensibles. Por eso, comprender el rol del clima y utilizar herramientas meteorológicas para anticiparse se ha vuelto indispensable para un manejo sanitario moderno y eficiente.
¿Cómo influye el clima en las enfermedades?
Las enfermedades de origen fúngico, que son las más frecuentes en estos cultivos, requieren condiciones específicas para instalarse y propagarse:
Temperatura: cada patógeno tiene un rango óptimo de desarrollo. Por ejemplo, la roya amarilla se activa con temperaturas de 10–15 °C, mientras que la mancha marrón prefiere más de 25 °C.
Humedad relativa alta (>80%): esencial para la germinación de esporas.
Rocío prolongado o lluvias leves: generan películas de agua sobre las hojas, permitiendo que las esporas penetren.
Períodos nubosos: reducen la transpiración y prolongan la humedad foliar.
Ejemplos concretos de enfermedades climáticamente favorecidas
Roya amarilla (trigo): brotes explosivos tras 2 o 3 días con neblina y temperaturas frescas.
Fusariosis (trigo): se dispara si llueve durante floración con temperatura templada.
EFC (soja): avanzan rápido con alta humedad en R3–R5.
Podredumbres radiculares: asociadas a suelos saturados por lluvias intensas.
Herramientas para anticiparse
1. Estaciones meteorológicas propias o zonales
Instalar estaciones climáticas en el campo o usar redes regionales permite acceder a datos de humedad, temperatura, lluvias y horas de mojado foliar en tiempo real. Estas variables pueden cruzarse con umbrales críticos de enfermedades.
2. Modelos de pronóstico fitosanitario
Plataformas como Alertas Fitosanitarias del INTA, modelos de riesgo de roya o simuladores privados predicen la probabilidad de aparición de enfermedades según clima y estadio del cultivo.
3. Aplicaciones móviles y satelitales
Herramientas como Auravant, Xarvio o Climate FieldView permiten monitorear lotes, recibir alertas y visualizar mapas de estrés hídrico y riesgo sanitario.
Aplicación práctica en el manejo sanitario
Definir el momento de aplicación de fungicidas: esperar una ventana de 24–48 hs sin lluvias mejora la eficacia.
Decidir si intervenir o no: si el clima no es favorable para el desarrollo del patógeno, se puede postergar o evitar la aplicación.
Ajustar densidad de siembra y fertilización: según se prevean campañas húmedas o secas, para reducir condiciones predisponentes.
Casos reales
En el centro de Santa Fe, un productor evitó una aplicación innecesaria de fungicida en R3 gracias al análisis del pronóstico, que indicaba una semana seca. En el sur de Córdoba, otro productor decidió anticipar la siembra de trigo para evitar que la floración coincida con una ventana de lluvias prevista, disminuyendo el riesgo de fusariosis.
Conclusión
El clima no puede controlarse, pero sí puede monitorearse y utilizarse como aliado en la toma de decisiones. Integrar la información meteorológica al manejo sanitario permite anticiparse, aplicar con criterio y optimizar recursos. En una agricultura cada vez más ajustada y precisa, el monitoreo climático es una herramienta estratégica para prevenir enfermedades antes de que impacten.