Enfermedades Emergentes: Cómo Prepararse para Nuevos Desafíos Sanitarios en Trigo y Soja

En un contexto de cambio climático, intensificación agrícola y expansión de fronteras productivas, las enfermedades emergentes en trigo y soja se han convertido en una preocupación creciente. Se trata de patologías que hasta hace poco eran marginales o inexistentes en determinadas regiones, pero que hoy amenazan con instalarse debido a condiciones más favorables y cambios en las prácticas de manejo. Estar preparados implica monitoreo constante, diagnóstico preciso y adaptación de estrategias.

¿Qué son las enfermedades emergentes?

Son aquellas que:

  • Surgen por primera vez en una región.

  • Incrementan su frecuencia o severidad.

  • Desarrollan nuevas razas o variantes más agresivas.

  • Presentan resistencia a fungicidas o rompen la resistencia genética existente.

No siempre son enfermedades “nuevas”, pero sí nuevas para una zona o más difíciles de controlar que antes.

Factores que favorecen su aparición

  • Cambio climático: temperaturas más altas, inviernos más suaves, aumento de lluvias.

  • Monocultivo y falta de rotación.

  • Movilidad de semillas, maquinarias y personas.

  • Uso excesivo y repetido de ciertos fungicidas.

  • Desbalance nutricional y estrés abiótico.

Ejemplos de enfermedades emergentes

En trigo:

  • Roya de la hoja (Puccinia triticina) en nuevas zonas: con razas más agresivas.

  • Fusariosis en zonas donde antes era poco frecuente.

  • Mancha borrosa (Bipolaris sorokiniana): asociada a climas cálidos y suelos secos.

En soja:

  • Mancha anillada (Phaeoisariopsis): creciente en NEA y NOA.

  • Podredumbre carbonosa (Macrophomina phaseolina): ligada a estrés hídrico.

  • Roya asiática (Phakopsora pachyrhizi): con aparición esporádica pero peligrosa.

Herramientas para la detección temprana

  • Monitoreo sistemático por parte del productor o técnico.

  • Envío de muestras a laboratorios o instituciones como INTA para diagnóstico.

  • Observación de síntomas no habituales o de rápida progresión.

  • Apoyo en redes de alerta fitosanitaria y plataformas digitales.

Estrategias de prevención y contención

Diversificación genética

Usar variedades con diferentes fuentes de resistencia y no repetir el mismo gen campaña tras campaña.

Alternancia de modos de acción en fungicidas

Evitar el uso reiterado de la misma molécula para prevenir la selección de cepas resistentes.

Rotación de cultivos

Interrumpir los ciclos de enfermedades que se perpetúan en el rastrojo.

Mejoras en diagnóstico y capacitación

Capacitar al personal para identificar síntomas nuevos o poco comunes.

Bioseguridad

Evitar el traslado de semillas o maquinaria contaminada entre lotes o regiones.

Casos reales

En el centro de Entre Ríos, se detectó un brote temprano de mancha anillada en soja, asociado a alta densidad de siembra y humedad elevada. Gracias al monitoreo y aplicación preventiva, se contuvo antes de que se extendiera. En el sur de Córdoba, la aparición inesperada de mancha borrosa en trigo motivó la inclusión de nuevas moléculas y el ajuste de la fecha de siembra.

Conclusión

Las enfermedades emergentes ya no son una posibilidad futura: son una realidad presente. Prepararse para enfrentarlas exige vigilancia constante, flexibilidad en las estrategias y un enfoque integral del manejo sanitario. Reconocer los primeros indicios, actuar con rapidez y compartir información son claves para proteger el potencial productivo ante nuevos desafíos fitosanitarios.