Cómo elegir variedades resistentes en Trigo y Soja

Importancia de la genética en el manejo sanitario

La elección de variedades resistentes es una de las estrategias más eficaces y sustentables para mitigar el impacto de las enfermedades en los cultivos de trigo y soja. Al integrar resistencia genética al manejo agronómico, los productores pueden reducir significativamente la dependencia de fungicidas y lograr una mayor estabilidad en los rendimientos.

¿Qué significa que una variedad sea “resistente”?

Una variedad resistente es aquella que presenta mecanismos genéticos que dificultan o impiden la instalación y desarrollo de determinados patógenos. Esta resistencia puede ser completa o parcial, y puede estar dirigida contra enfermedades específicas o contra un espectro más amplio de amenazas. Es fundamental distinguir entre resistencia y tolerancia: la primera implica una menor incidencia de la enfermedad, mientras que la segunda se refiere a la capacidad del cultivo de mantener el rendimiento a pesar de estar infectado.

Herramientas para la selección varietal

Ensayos comparativos regionales

Los ensayos comparativos de rendimiento (ECR) son fundamentales para evaluar el comportamiento sanitario y agronómico de distintas variedades en cada región productiva. Estos ensayos permiten observar la respuesta de los genotipos frente a enfermedades prevalentes bajo condiciones reales de campo.

Reportes de sanidad vegetal

Instituciones como INTA y organismos provinciales publican periódicamente informes de monitoreo sanitario. Estos documentos informan sobre la evolución de patógenos, aparición de nuevas razas y cambios en la agresividad de enfermedades, elementos esenciales para ajustar la estrategia varietal.

Consideraciones para trigo

Roya amarilla, roya naranja y mancha amarilla

El trigo es particularmente sensible a enfermedades foliares, muchas de las cuales evolucionan rápidamente. Por ello, se recomienda:

  • Cambiar de variedad cada dos o tres campañas para evitar que el patógeno se adapte.

  • Utilizar variedades con genes de resistencia combinada.

  • Consultar los resultados zonales, ya que la eficacia de una variedad puede variar según la presión de enfermedad y el microclima local.

Criterios adicionales

No se debe sacrificar rendimiento potencial por resistencia genética si el lote permite una gestión sanitaria eficaz. Lo ideal es equilibrar ambos factores: alto techo productivo y buena respuesta ante enfermedades endémicas.

Consideraciones para soja

Enfermedades de fin de ciclo (EFC)

La mancha marrón, tizón de la hoja y cercospora son enfermedades típicas de fin de ciclo que afectan al cultivo de soja. Algunas variedades muestran mejor comportamiento ante estas enfermedades, reduciendo la necesidad de aplicaciones fungicidas.

Podredumbres radiculares y de tallo

En zonas con antecedentes de Phytophthora, Rhizoctonia o Fusarium, es indispensable elegir variedades con resistencia específica. Las cartas tecnológicas de las empresas semilleras suelen incluir esta información.

Tecnología RR, STS, Enlist, Intacta, etc.

A la hora de elegir una variedad, también es importante considerar el paquete tecnológico al que pertenece. Cada biotecnología tiene su propia susceptibilidad a enfermedades, por lo que la elección debe integrar esta variable con los datos sanitarios disponibles.

Prácticas complementarias

Diversificación genética

Evitar sembrar grandes superficies con una única variedad reduce el riesgo de que una enfermedad arrase con el lote completo. La diversificación genética en el mismo campo puede ser una medida de mitigación efectiva.

Rotación y manejo integrado

La resistencia varietal debe considerarse como una herramienta dentro de un manejo sanitario integral. Esto incluye rotación de cultivos, uso racional de fungicidas, monitoreo constante y prácticas culturales que reduzcan el inóculo inicial.

Conclusión

La elección de variedades resistentes no es una decisión menor: representa el primer paso en la construcción de una campaña exitosa. A través de un análisis riguroso de datos locales, la consulta de ensayos regionales y la integración con otras herramientas agronómicas, los productores pueden reducir el impacto de las enfermedades y mejorar la rentabilidad de sus cultivos. En un contexto donde la sanidad vegetal cobra cada vez más relevancia, apostar por genética adaptada es una inversión estratégica que rinde frutos desde la siembra hasta la cosecha.