Estrategias para Minimizar Riesgos en Años de Incertidumbre Económica

La agricultura siempre implica riesgos, pero cuando se combinan factores como inflación alta, devaluaciones, cambios políticos, restricciones cambiarias y medidas impositivas impredecibles, el productor enfrenta un escenario de incertidumbre económica aún mayor. En estos contextos, tomar decisiones sin una estrategia clara puede comprometer toda la campaña.

Este artículo presenta las principales estrategias que todo productor debería considerar para minimizar riesgos en años de fuerte incertidumbre económica, protegiendo su capital, su rentabilidad y su capacidad de seguir produciendo.

¿Qué es la incertidumbre económica?

Es un escenario en el que las variables clave —como tipo de cambio, tasas de interés, acceso al crédito, reglas fiscales o políticas comerciales— se vuelven impredecibles, volátiles o sujetas a cambios bruscos por parte del Estado.

Ejemplos frecuentes en el agro argentino:

  • Cambios en las retenciones o tipo de cambio.

  • Controles de exportación.

  • Impuestos extraordinarios.

  • Dificultades para acceder a insumos importados.

  • Inflación descontrolada y brechas cambiarias.

Principales riesgos para el productor

  • Caída en el precio de los granos.

  • Pérdida de poder adquisitivo por inflación.

  • Atraso cambiario y tipo de cambio oficial desfasado.

  • Problemas de financiamiento o acceso a insumos.

  • Cambio en las reglas de juego impositivas o comerciales.

Estrategias clave para minimizar riesgos

1. Calcular el punto de equilibrio con márgenes amplios

En años de alta incertidumbre, los costos y precios pueden variar mucho. Por eso, conviene trabajar con escenarios conservadores y agregar un margen de seguridad al cálculo del punto de equilibrio.

2. Asegurar pisos de precios

Utilizar herramientas como:

  • Opciones PUT

  • Ventas forward

  • Contratos con precio mínimo garantizado

Te permiten asegurar rentabilidad sin resignar subas del mercado.

3. Diversificar ventas y momentos de comercialización

No vender todo en un solo momento ni a un solo comprador. Dividir ventas por bloques y momentos ayuda a promediar precios y minimizar impactos negativos.

4. Comprar insumos anticipadamente

Si tenés liquidez, anticipar la compra de fertilizantes, agroquímicos o semillas te protege de subas futuras, faltantes de stock o restricciones de importación.

5. Invertir en activos reales

En lugar de quedarse en pesos, que pierden valor, muchas empresas agrícolas transforman parte de su capital en:

  • Maquinaria

  • Infraestructura

  • Almacenamiento propio

  • Insumos físicos

Esto actúa como refugio ante la inflación.

6. Arbitrar con diferentes tipos de dólar

En contextos con múltiples tipos de cambio, es útil analizar:

  • Cuánto vale tu grano al tipo de cambio oficial con retenciones

  • Cuánto cuestan tus insumos al tipo de cambio comercial o CCL

  • Cuándo conviene operar en dólar MEP o comprar cobertura cambiaria

7. Establecer acuerdos con proveedores y compradores

Negociar condiciones de pago, contratos con cláusulas flexibles o ventas a fijar puede ayudarte a mantener previsibilidad.

8. Mantener liquidez

Contar con caja para afrontar imprevistos es más importante que buscar maximizar cada operación. En contextos inestables, la flexibilidad financiera vale más que el rendimiento inmediato.

9. Actualizar el plan comercial con frecuencia

En contextos estables se puede trabajar con un plan anual. En años de incertidumbre, conviene revisar escenarios y decisiones cada 30 o 60 días.

Qué evitar en estos contextos

  • Postergar ventas indefinidamente esperando un “mejor momento”

  • Comprometer toda la producción sin herramientas de cobertura

  • Trabajar al límite financiero sin fondos de respaldo

  • Depender de un solo canal comercial o un solo proveedor clave

Conclusión

En años de incertidumbre económica, el productor más exitoso no es el que arriesga más, sino el que planifica mejor. Diversificar, cubrirse, mantener liquidez y tomar decisiones con datos actualizados son claves para atravesar turbulencias sin comprometer el futuro productivo.

El objetivo no es “ganar más”, sino no perder lo construido y sostener la capacidad de producir en el próximo ciclo.