Claves para un control eficiente de malezas en maíz tardío

El maíz tardío gana protagonismo año tras año, gracias a su capacidad de alcanzar buenos rendimientos y lograr una mayor estabilidad. Estos resultados solo se alcanzan con un buen manejo del cultivo controlando malezas difíciles, conjugando un manejo integrado y una planificación adaptada a cada lote, rotando principios activos.

Las malezas son un problema en crecimiento al que hoy en día no es suficiente con seguir las prácticas tradicionales de control, repitiendo principios activos y estimando a ojo las formulaciones de los caldos de aplicación. La creciente aparición de resistencias y tolerancias a herbicidas y el difícil control que implican muchas especies hace que debamos buscar alternativas nuevas que hayan demostrado eficiencia, más aún en una campaña en la que se pronostican abundantes lluvias.

Ante la falta de condiciones óptimas de siembra para el maíz de primera, muchos productores optaron por ajustar su planificación orientando la siembra a maíz tardío. Estos lotes, en muchas ocasiones, vienen precedido por un cultivo de invierno o de servicio, lo que asegura una buena cantidad de materia seca, a fin de evitar los nacimientos de las primeras cohortes de gramíneas anuales, como el capín, eleusine y yuyo colorado.

Ante situaciones donde de detectan malezas emergidas, es recomendación utilizar herbicidas que tengan una aplicación total, tanto de contacto o sistémicos. También es fundamental el rol que pueden llegar a tener los herbicidas residuales, ya que la cantidad de residuos muchas veces no es lo suficientemente adecuada como para evitar las segundas camadas, y estas van a ser las que van a interferir previo a la siembra del maíz tardío. Aquí es determinante la acción de los herbicidas residuales a implementar, de modo de asegurar una implantación limpia del maíz.

 

El monitoreo es obligatorio para detectar tempranamente nuevos flujos de emergencia como el yuyo colorado o de capín que, gracias a las condiciones de alta temperatura y humedad, pueden tener una tasa de crecimiento explosiva.

En el maíz, el período crítico comprende aproximadamente entre 40 y 45 días desde la emergencia. De no realizar un control de malezas durante este período, la disminución en el rendimiento puede alcanzar hasta un 50% en situaciones de alta infestación y escasez de agua.

Entre las malezas más perjudiciales para el maíz se encuentra el yuyo colorado, una latifoliada muy competitiva que presenta resistencia a herbicidas y una alta capacidad de crecimiento, con dos nacimientos escalonados bien marcados, y en condiciones ambientales de humedad, como las que se dan en un año Niño, tiene una tasa de crecimiento muy alta. Dentro de las gramíneas anuales, en la zona central, el capín, eleusine y chloris, son especies competidoras muy importantes.

En los lotes conviven malezas con biotipos de diferentes especies y con diferentes resistencias. Por ese motivo, no se puede generalizar un único manejo “recomendado”, sino crear un plan de control específico para cada lote.  Sabiendo que no es posible evitar la aparición de resistencias por ser un fenómeno evolutivo, lo que sí podemos es retrasar su presencia utilizando productos de diferentes mecanismos de acción. Para asegurar una implantación libre de competencias, debemos basarnos en controlar las emergencias e incorporar herbicidas residuales para disminuir futuros nacimientos, rotando principios activos.

Una opción con eficiencia demostrada es la de seleccionar activos que no sean ALS, como la Terbutilazina. Este principio activo es un herbicida selectivo para maíz, de acción sistémica, con una molécula del grupo químico de las triazinas. Manifiesta una alta persistencia y resistencia, con acción continua de hasta 90 DDA, permitiéndonos controlar los nacimientos de nuevas malezas.

Controla malezas de hoja ancha y gramíneas en los primeros estados de crecimiento, asegurando un prolongado efecto residual manteniéndose activo en los primeros 5 cm del suelo, actuando en el banco de semillas. Se caracteriza por su estabilidad gracias a su alto Koc y baja solubilidad en agua, demostrando una gran residualidad por su bajo potencial de lixiviación.  La Terbutilazina SIGMA es un producto altamente fotoestable y con un alto coeficiente de adsorción, lo que permite su permanencia en el suelo hasta que se incorpora con escasas precipitaciones.

Resultados a campo
En varios ensayos expresó excelentes niveles de control de malezas difíciles, varias con resistencia o tolerancia a uno o más herbicidas, tales como Amaranthus spp., Conyza spp, Brasica rapa, Lolium spp., Echinochloa spp., Chloris elata y Eleusine indica.

Para ampliar el rango de control, es recomendación combinarla con herbicidas tales como el flumioxazin, el metolacloro o el diflufenican. Los resultados de varios ensayos realizados durante la campaña 21/22, en diferentes zonas aplicados a maíz, demostraron excelentes resultados y un control eficiente tanto de malezas problemáticas de hoja ancha como de hoja angosta inclusive ante situaciones de malezas resistentes.

En maíz, la combinación de terbutilazina + flumioxazin (PPO) demostró la más alta tasa de control sobre el Amaranthus (yuyo colorado), gracias a un efecto de sinergismo, efecto de quemado, mayor espectro de control y mayor residualidad. Para aumentar el espectro de control, es posible agregar una cloro acetamida como el S-metolacloro, lo que deriva en un efectivo control tanto en malezas de hoja ancha como de hoja angosta.

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