Detectando y controlando la mancha amarilla en el trigo.

Con el cultivo implantado es importante estar atento a la aparición de enfermedades foliares. La Mancha amarilla es de las principales que pueden afectar nuestros trigos, reduciendo notablemente los rindes esperados. Si bien una campaña seca reduce los riesgos de infección, debemos estar atentos ya que puede ingresar al lote traída por el viento.ivos, su formulación y la cantidad de productos que van a componer la mezcla.

Las enfermedades son el resultado de la interacción entre el patógeno (hongo), el huésped susceptible (trigo) y el ambiente (fundamentalmente temperatura y humedad). Para prevenir una epifitia, que es cuando una enfermedad afecta significativamente un gran número de plantas, en un tiempo relativamente corto, se recomienda seguir de cerca y monitorear el lote semanalmente.

La Mancha Amarilla del Trigo (Drechslera tritici-repentis), es una de las principales manchas de origen fúngico. Posee un rango óptimo de temperatura para su desarrollo, siendo favorecida por las precipitaciones, que, junto al viento, facilitan la diseminación de las esporas. Se origina a partir de un patógeno necrótrofo, productor de toxinas (generador de “manchas”) y a la vez saprófito, lo que le asegura su multiplicación (durante el ciclo del cultivo) y su sobrevivencia a expensas de tejidos muertos. Naturalmente su patogénesis exige un mayor tiempo de desarrollo sobre el huésped para generar enfermedad. Los síntomas más comunes se presentan en hojas y vainas después de la emergencia, cuando se produce la expansión de la plúmula, y generalmente en situaciones de siembra directa y monocultivo. Al principio, aparecen pequeñas manchas cloróticas, luego el área de tejido amarillento aumenta de diámetro observándose una región central necrosada, de color parda. Tanto el borde de tejido amarillento como el centro muerto, aumentan en superficie, en función del tiempo. Estas lesiones son elípticas en forma y de tamaño variable, pudiendo alcanzar 12 mm de tamaño.

La mayoría de los productos han sido desarrollados para ser usados solos y con agua como vehículo, pero las combinaciones cada vez más complejas con el fin de alcanzar distintos objetivos (mayor espectro de acción, mayor residualidad, aplicaciones simultáneas, etc.) hace que debamos prestar más atención al proceso y a componentes como la calidad del agua o incompatibilidades, si queremos que nuestra aplicación resulte eficiente. 

La primera recomendación es elegir materiales de buen comportamiento y perfil sanitario, además de realizar los análisis de semillas correspondientes para excluir la incorporación de patógenos.

Por otro lado, es clave realizar un estricto monitoreo de los lotes y el manejo de una correcta nutrición nitrogenada que evita la proliferación de la enfermedad. Se recomienda monitorear los cultivos desde la etapa de encañazón, y llegado el caso de alcanzar un 15-20 % de hojas enfermas (incidencia), independientemente si la infección llegó a hojas superiores, ya que la enfermedad evoluciona de abajo hacia arriba en el canopeo, aplicar el fungicida. Pero no alcanza con verificar la presencia de enfermedad, es importante ponerle números. El monitoreo debe estar acompañado de una cuantificación de la incidencia y severidad de la enfermedad, para determinar el momento de aplicación en función de estadios fenológicos.

Especialistas del INTA señalan que cuando el cultivar es de reconocida susceptibilidad, es necesario intervenir con fungicidas. “Con presencia de roya o mancha amarilla, la aplicación más temprana será a fin de macollaje/inicio de encañazón con la finalidad de reducir el inóculo”.

Un aspecto importante a tener en cuenta es el tipo de molécula a aplicar, entendiendo que no todas las mezclas y no todas las moléculas son iguales. Debemos conocer con qué molécula estamos trabajando y a que hongo apuntamos.

Una correcta combinación de un triazol, más una estrobirulina, es una herramienta eficiente ante las enfermedades foliares en trigo. El grupo de las carboxamidas, combinadas en mezclas dobles con estrobirulinas, y/o en mezclas triples con estrobilrulinas y triazoles, han mostrado una destacada eficacia en el control de manchas foliares. Al combinar diferentes mecanismos de acción, aumentamos el espectro de acción y reducimos el riesgo de resistencia de los hongos a las estrobilurinas.

RECOMENDACIÓN: no dividir dosis y respetar los marbetes. La sub-dosis tiene efectos contraproducentes ya que aumenta la probabilidad de generar resistencia a fungicidas

Los triazoles son inhibidores de las des-metilación (IDM) o inhibidores de la biosíntesis del ergosterol (IBE), que trabajan en la formación y selectividad de la membrana plasmática, siendo agentes sistémicos y actuando como protectores, curativos y erradicantes.

Las estrobilurinas inhiben la respiración mitocondrial por el bloqueo de la transferencia de electrones en el complejo citocromo-bc1 (complejo III). Son moléculas protectoras que actúan inhibiendo la germinación de esporas y protegiendo durante la iniciación de epidemias.

QURA, combina la destacada acción preventiva y antiesporulante de Azoxistrobina, perteneciente al grupo de las estrobilurinas, con el efecto curativo y erradicante de cyproconazole, perteneciente al grupo de los triazoles. La mezcla de ambos principios activos determina una acción combinada, bloqueando el proceso respiratorio y la síntesis de ergosterol en los hongos. Esta acción asegura un amplio espectro de control durante un período prolongado y reduce el riesgo de aparición de cepas resistentes..

Recomendaciones de uso de QURA en trigo:

Enfermedades: mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis), mancha de la hoja del trigo (Speptoria tritici), roya amarilla o lineal del trigo (Puccinia striiformis), roya anaranjada del trigo (Puccinia recondita) septoriosis (Septoria graminis)

Dosis: 400 cm3/ha
Momento de aplicación: Hoja bandera (Zadocks 3,9) al aparecer los primeros síntomas.

Para más información comunicarse con el Departamento Técnico de SIGMA AGRO.
Whatsapp: +54 9 11 5365 7010
Mail: marketing@sigma-agro.com

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